Deconstrucción y reciclaje: el sector náutico es la principal preocupación del gobierno

El sector náutico se está movilizando ante el deseo del gobierno de imponer la implantación de un sector de desmantelamiento de embarcaciones a partir del 1 de enero de 2017. Demasiada prisa sería perjudicial para el proyecto según los profesionales.

Un objetivo compartido por todos

El proyecto de ley sobre la economía azul, que se está debatiendo actualmente en el Parlamento, prevé el establecimiento de un sector de responsabilidad ampliada del productor o EPR. Su objetivo es involucrar a los productores y propietarios en la financiación del fin de la vida de las embarcaciones de recreo. Una contribución ecológica es pagada por el astillero cuando el barco se pone en el mercado y se toma una parte de la franquicia.

El deseo de abordar el problema de la deconstrucción y el reciclaje de los veleros y barcos a motor abandonados que están obstruyendo los fondos del puerto es compartido por todos. Los fabricantes, interesados en la renovación de la flota, se implican ellos mismos y en 2009 crearon la APER (Association pour la Plaisance Eco-Responsable - Asociación para la Navegación Ecológica) con el fin de federar a los actores implicados en la gestión de los residuos náuticos y organizar su recogida y tratamiento.

Los tiempos industriales y políticos no están en fase

El texto propuesto inicialmente por el Gobierno prevé la entrada en vigor el 1º de enero de 2007 er enero de 2017. Se han hecho varios intentos de aplazar la solicitud hasta el 1 de enero de 2017 er enero de 2018. El sector náutico, como la Federación de Industrias Náuticas FIN, teme ahora que la enmienda a este efecto aprobada en el Senado en la noche del 23 de marzo sea retirada por el gobierno en un comité conjunto.

Los profesionales de la navegación y el reciclaje sostienen que no se ha realizado ningún estudio serio de impacto. La APER decidió realizar su propio estudio en tres sitios franceses para evaluar el impacto en la industria de la navegación.

El calendario anunciado por la administración es considerado "irrealista e inaplicable" por la APER.

Corresponde ahora al público y a los agentes institucionales encontrar una solución para poner en marcha sin demoras excesivas y en buenas condiciones un proceso de reciclaje y deconstrucción, necesario para nuestro medio ambiente.

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