Editorial / Salón Náutico de París 2025: un regreso comedido pero prometedor

Era una apuesta, pero ahora debe convertirse en un hito. Tres años después del final del Nautic de Porte de Versailles, la primera edición del Salón Náutico de París, organizado por FIN , demostró que las expectativas eran altas, tanto entre los profesionales como entre el público en general. Con cerca de 40.000 visitantes a lo largo de cinco días, la edición de 2025 del salón retomará el impulso del evento indoor en el Parc des Expositions du Bourget.

Los organizadores esperaban 100.000 visitantes. Estamos lejos de esa cifra, pero en un contexto de recuperación y estancamiento económico, esta cifra sigue siendo alentadora. A modo de comparación, el Boot de Düsseldorf atrae a unos 200.000 visitantes, el Cannes Yachting Festival se acerca a los 55.000, el Grand Pavois de La Rochelle tiene 70.000 visitantes, y el último Nautic de París, en 2019, acogió a 150.000 visitantes durante ocho días.

Fue una apuesta arriesgada. Cambiar de lugar, acortar la duración, relanzar una marca bajo una nueva forma. Y sin embargo, este primer Salón Náutico de París salió bastante bien. Se echaba en falta la presencia de numerosos constructores, sobre todo de multicascos, así como de grandes nombres de la electrónica náutica. Los nostálgicos de la Porte de Versailles no se equivocan: era diferente, más grande, más céntrico, con su propio ambiente. Pero también era el mundo de antes. Para ser la primera vez, el Salón Náutico de París dio una buena batalla. Y sentó las bases.

Ya hemos visto algunos signos claros: una asistencia de gran calidad y un interés tangible por parte de los nuevos participantes. El formato condensado parece haber gustado, ya que es más fácil de leer para los visitantes y más realista para los profesionales.

Los visitantes que encontramos en los pasillos no eran simples paseantes: eran navegantes experimentados, futuros compradores y curiosos de la técnica. En otras palabras, un público activo, atento a las innovaciones, los productos sostenibles y las soluciones náuticas adaptadas a sus proyectos. Quizás faltó el público joven, el que dará forma a la náutica del mañana.

Por parte de la industria, la movilización fue real. Es cierto que algunos de los constructores más pequeños habían acudido en "modo de exploración", pero los líderes estaban allí con fuerza. Y jugaron su baza, como el Grupo Bénéteau con el lanzamiento en primicia del Sun Odyssey 455. Esta primera edición también demostró que los fabricantes de equipos tenían aquí un espacio mucho más acogedor que en el "sótano" de Porte de Versailles.

Institucionalmente, el apoyo estaba ahí, y no sólo por la forma. La Ministra Catherine Chabaud, la Vendée, el Finistère, la FFV, los organizadores de las grandes regatas, todos desempeñaron su papel.

Para 2026, el objetivo es claro: consolidarse. Mantener el alto nivel de intercambios y aumentar el número de expositores. El sector lo necesita. El Salón Náutico de París ha tenido su bautismo, ahora necesita ser un fijo a largo plazo.

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