La rentabilidad se mantiene gracias a la disciplina de precios
Lo primero que destaca es el control de costes. El Grupo ha anunciado un margen EBITDA del 15,1%, a pesar de un efecto cambiario negativo estimado en 26 millones de euros. Es evidente que el crecimiento no se está logrando mediante el aumento de las ventas, sino a través de una estricta política de precios, unida a la reducción de los costes de explotación.
Bajan las ventas globales, pero aumentan las orgánicas
En el trimestre, AkzoNobel registró unas ventas de 2.550 millones de euros, un 5% menos que en 2024. Este descenso se debió principalmente al efecto divisa, ya que la fortaleza del euro lastró las ventas de exportación. Sin embargo, en términos comparables, las ventas orgánicas aumentaron un 1%, reflejando la continua demanda en sectores clave, como la náutica de recreo y los revestimientos para entornos marinos.
Los distribuidores y aplicadores de productos náuticos no deben perder de vista esta cifra, ya que pone de manifiesto que determinados segmentos (sobre todo los premium y técnicos) siguen funcionando bien, incluso en un clima económico tenso.
Disposición excepcional relativa a un litigio en Australia
El principal punto negro del trimestre fue una carga excepcional de 300 millones de euros. Se trata de una provisión por un litigio de larga duración sobre el proyecto de gas Ichthys en Australia. Aunque este litigio no tiene relación directa con el negocio de los yates, repercute directamente en los ingresos de explotación y podría retrasar los gastos de capital, sobre todo en las líneas de producción más especializadas.
Para los fabricantes de equipos y las obras que trabajan con AkzoNobel, esta reserva presupuestaria podría significar una congelación temporal de ciertas innovaciones o una ralentización de la modernización de las líneas de producción.
Repercusiones en el sector náutico y los astilleros franceses
Por último, el tercer trimestre estuvo marcado por la reestructuración en Francia. A principios de 2025, AkzoNobel anunció una reducción de su plantilla en Francia, al tiempo que inyectaba 22 millones de euros en la planta de Montataire para modernizarla. Estos movimientos contradictorios reflejan una estrategia de especialización industrial, con centros que se concentran en productos de alto valor añadido.