Desguace de embarcaciones: análisis de tipos, materiales y clientes

Cada año, miles de embarcaciones de recreo llegan al final de su vida útil. Gracias a APER, la industria francesa del desguace está tomando forma. Pero, ¿de qué tipo de embarcaciones se trata, de dónde proceden y qué ocurre con sus materiales?

Tipología, origen y materiales: una visión general del desguace de embarcaciones de recreo

Entre 2019 y 2024, el sector del desguace apoyado por la APER (Association pour la plaisance éco-responsable - Asociación para la náutica eco-responsable) ha identificado tendencias importantes en los tipos de embarcaciones al final de su vida útil, sus clientes y la naturaleza de los materiales tratados. Estos datos revelan una amplia gama de situaciones, que requieren métodos rigurosos de clasificación, tratamiento y recuperación. Más información.

La mayoría de las embarcaciones de motor monocasco y lanchas neumáticas

Los barcos monocasco a motor representan la mayor parte de las nuevas construcciones: 35,83%. Le siguen de cerca las lanchas neumáticas de menos de seis metros, con el 29,59% de las unidades, y los veleros monocasco (28,86%). Los demás segmentos - semirrígidos (3,66%), neumáticas (0,95%), motos acuáticas (0,79%) y veleros multicasco (0,32%) - constituyen un volumen marginal.

Este desglose refleja la composición de la flota náutica francesa, en la que predominan las lanchas costeras y los veleros de tamaño medio, a menudo almacenados a flote o en remolques. Las limitaciones logísticas de estas embarcaciones varían en función de su tamaño, estado y accesibilidad.

La mayoría de los residuos proceden de particulares

La mayoría de las embarcaciones desguazadas proceden de particulares (49,55%). Los clubes náuticos también desempeñan un papel activo (23,25%), seguidos de los profesionales de la náutica (10,82%), las autoridades locales (7,14%), los puertos deportivos (5,17%) y, en menor medida, los departamentos o asociaciones gubernamentales.

Esta diversidad requiere una estrecha coordinación entre los centros de tratamiento, las estructuras locales y los propietarios para organizar la retirada y la gestión administrativa de las unidades. El procedimiento sigue siendo normalizado, independientemente de quién haga el pedido.

La gran mayoría de los materiales son compuestos

En cuanto a la composición, dominan los materiales compuestos: el 68,84% de los barcos desguazados están hechos principalmente de laminado de poliéster/fibra de vidrio. Los metales ferrosos representan el 13,65%, la madera el 12,02% y otros residuos no peligrosos (textiles, espumas, barnices, etc.) el 4,5%. El resto se compone de fluidos, plásticos y materiales no férreos.

Esta composición exige una clasificación rigurosa en cada etapa de la cadena de transformación. Los materiales compuestos, difíciles de reciclar mecánicamente, suelen recuperarse en forma de energía o incorporarse a procesos específicos. Los componentes metálicos, en cambio, se reciclan por los canales convencionales.

Los retos de la gestión diferenciada según la tipología

La diversidad de los tipos de embarcaciones construidas -desde las pequeñas lanchas neumáticas hasta los eurocruceros- exige enfoques técnicos diferentes. Sin embargo, el método de tratamiento sigue siendo el mismo: control previo de la contaminación, desmantelamiento, selección de materiales, valorización o vertido de residuos.

Para los centros homologados, la variabilidad de los casos requiere conocimientos específicos: algunas embarcaciones aún contienen circuitos de fluidos, baterías de plomo, motores sucios o residuos de amianto en los modelos más antiguos. La trazabilidad sigue siendo un requisito reglamentario.

Un sector industrial estructurante, apoyado por EPR

Desde la introducción del sistema EPR (Responsabilidad Ampliada del Productor) para embarcaciones de recreo, los productores están obligados a hacerse cargo de las unidades al final de su vida útil. APER actúa como eco-organización, coordinando y recogiendo estos flujos.

El objetivo es doble: descongestionar los puertos y las vías navegables de cadáveres abandonados, al tiempo que se promueve una gestión más responsable del ciclo de vida de las embarcaciones desde el punto de vista medioambiental. Sin embargo, a medida que el sector crezca, será necesario aumentar la capacidad de los centros y mejorar la logística de recogida en todo el país.

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