Classes de Mer: los centros bretones miran al futuro con optimismo

Después de haber estado en peligro tras los Covid, los centros de clase marítima vuelven a surfear en una ola de crecimiento. La oportunidad de considerar la transformación hacia un nuevo equilibrio económico, como explica Philippe Rodet, director de Nautisme en Bretagne.

Las clases de mar se llenan en 2022

En 2022, el litoral bretón volverá a acoger a numerosos grupos escolares para descubrir el medio marino y los deportes náuticos. Los centros de clase marítima están completos para 2022. "Ya estamos atacando la comercialización de la temporada 2023 con misiones comerciales en varios departamentos" dice Philippe Rodet, director de Nautisme en Bretagne.

Se superan los efectos de Covid en la hostelería náutica

Los cierres relacionados con las restricciones sanitarias durante la crisis de Covid habían hecho temer lo peor para el sector de los alojamientos colectivos náuticos. En Bretaña, las autoridades públicas habían puesto en marcha el plan Pass Classes de Mer para apoyar las estructuras y evitar su liquidación y la salida al mercado inmobiliario tradicional. "Hubo un efecto sorpresa importante, con una reapertura el 20 de junio de 2020, que salvó estos centros. Ya no tenemos ninguna preocupación y somos optimistas sobre su futuro. Aparte del aplazamiento del pago de algunas deudas, esto ya no tiene ningún efecto en sus operaciones" explica Philippe Rodet.

Classes de mer © TORSET Pierre
Clases de mar © TORSET Pierre

Para consolidar el impulso, la región de Bretaña ha convertido en permanente el pase de Classes de Mer, con un presupuesto de 370.000 euros para 2022. La autoridad local pretende duplicar el número de personas que asisten.

Abrir los centros de clase marina a otras actividades

La Región de Bretaña, apoyada por Nautisme en Bretagne, quiere aprovechar la dinámica para reforzar el modelo económico de los centros de clase marítima. "Podemos asumir nuevos retos, encontrar varios apoyos de diferentes orígenes para desarrollar el parque e hibridarlo acogiendo a otros públicos. Los centros están en lugares excepcionales. Adaptando los edificios, renovándolos o rehabilitándolos, podemos prever, por ejemplo, la acogida de familias en los alojamientos de verano, cuando es lo más interesante económicamente, y la financiación de las actividades del programa educativo. Las perspectivas son muy optimistas concluye el director de Nautisme en Bretagne.

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