Entre el crecimiento y la racionalización: Sunseeker revisa su estrategia industrial

Ante la ralentización de la demanda mundial y la continua incertidumbre económica, Sunseeker International se embarca en un plan de reestructuración que podría afectar hasta a 200 puestos de trabajo en el Reino Unido.

El astillero Sunseeker, con sede en Poole y Portland, en el sur de Inglaterra, acaba de confirmar una reorganización de sus funciones de apoyo, gestión y ejecutivas. El objetivo declarado es mejorar la eficacia global y adaptar la organización a las futuras exigencias del mercado. La medida podría suponer la pérdida de alrededor del 10% de la plantilla, es decir, casi 200 puestos de trabajo.

Un ajuste estratégico en un contexto de mercado tenso

En su comunicado de prensa, el equipo directivo alude a la voluntad de "reajustar los recursos" para responder mejor a la evolución de la demanda. Este anuncio se produce en un clima de incertidumbre general, marcado por la caída de las ventas en varios segmentos de la náutica de alta gama.

Andrea Frabetti, CEO de Sunseeker desde 2019, justifica esta decisión por la necesidad de "preservar la salud a largo plazo de la empresa", garantizando al mismo tiempo el mantenimiento de la actividad en los centros de producción históricos de Poole y Portland. Insiste en el deseo de "apoyar el empleo local" a pesar de los ajustes estructurales que se avecinan.

Un sitio comprometido con la innovación a pesar de las turbulencias

Sunseeker, que ha entregado más de 130 yates en 2024 según cifras internas, tiene la intención de continuar sus esfuerzos de desarrollo de productos. A principios de año se presentó un nuevo programa de superyates, que incluye unidades de más de 40 metros de eslora.

La marca, filial del grupo chino Wanda desde 2013, sigue posicionada en el segmento de los yates a motor de lujo, con una importante presencia en los mercados británico, mediterráneo y norteamericano. La reestructuración no afectará a las entregas actuales, asegura el astillero.

Un proceso regulado por la legislación

De acuerdo con la legislación laboral británica, se ha abierto un periodo obligatorio de consulta de 45 días con los empleados afectados. La dirección ha declarado que pretende llevar a cabo esta fase "con apertura y respeto", y está ofreciendo apoyo individual a los empleados afectados.

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