¿Deben los barcos de material compuesto seguir siendo el alfa y el omega de la náutica moderna?

Madera y composite, dos épocas de la náutica que podrían volver a encontrarse

En vísperas del JEC World, el mayor evento mundial de materiales compuestos, podemos preguntarnos por su lugar en la náutica. Medio ambiente, salud de los trabajadores... ¿Debe seguir siendo el rey de los yates y las embarcaciones?

El compuesto es el rey del agua

Si se pregunta a un navegante que no sea de competición o a un marinero de agua dulce sobre la construcción de las embarcaciones de recreo, la mayoría de las veces dirá que de plástico o de fibra de vidrio. Si se insiste, aparecerán las palabras resina, composite o carbono para las carreras, pero a menudo pasará tiempo antes de que un neófito piense en madera, acero o aluminio. Es decir, que desde la llegada de Michel Dufour al sector de la náutica, la composición se ha convertido en la norma.

La fibra de vidrio y la resina de poliéster han abierto el campo de las posibilidades en cuanto a forma e industrialización, limitando al mismo tiempo el mantenimiento. Una especie de milagro para los navegantes y fabricantes... Al añadir espuma, se crea un sándwich más ligero y, al cambiar a fibras "exóticas" como el carbono, el rendimiento aumenta aún más. Esto explica el éxito.

Un necesario replanteamiento de la náutica

Pero hoy, al igual que muchos sectores, la industria náutica no puede evitar su impacto en el medio ambiente. Los materiales compuestos clásicos utilizados en las embarcaciones de recreo, que dependen de productos petroquímicos para la resina y de fibras que consumen mucha energía, son muy difíciles de reciclar. La evaluación del ciclo de vida de un barco no es muy halagüeña.

Por eso siempre es interesante observar las innovaciones en el sector de los compuestos. Las fibras naturales, que también son menos dañinas para el operador, y las resinas parcialmente biobasadas son cada vez más populares. Pero, ¿debemos limitarnos a estos materiales? ¿Qué espacio hay para el redescubrimiento de la madera clásica o los metales diversos? ¿No nos inspira la flexibilidad del curragh y sus pieles estiradas sobre una fina estructura? ¿Cómo podemos implicar al navegante, al usuario final, en estas reflexiones? Este editorial no va a concluir, pero si la náutica debe seguir siendo una actividad de ocio socialmente aceptable, todas las iniciativas y ensayos son bienvenidos y no dejaremos de retransmitirlos.

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