Navegación eléctrica y silenciosa: Transfluid impulsa dos lanzaderas híbridas en la Costa Azul

En los muelles del litoral provenzal, el cambio no hace ruido. Dos barcos de pasajeros de 19 metros surcan tranquilamente la Costa Azul. A bordo llevan un sistema de propulsión híbrido paralelo desarrollado por Transfluid, una empresa italiana muy conocida en el mundo de la motorización alternativa.

Arquitectura híbrida

Las dos lanzaderas tienen una silueta clásica para este tipo de embarcaciones turísticas: 18,89 metros de eslora, 5,80 metros de manga, 1,41 metros de calado y capacidad para transportar hasta 147 pasajeros. Pero es bajo el capó donde las cosas cambian. Cada línea de ejes está equipada con un motor diésel acoplado a un motor eléctrico de 75 kW desarrollado por Transfluid, para un sistema de propulsión híbrido paralelo.

El motor eléctrico, montado en la transmisión mediante una correa y un acoplamiento hidráulico, puede propulsar la unidad por sí solo a baja velocidad, respaldar al motor de combustión a plena carga o actuar como generador de a bordo para recargar las baterías.

Silencio, cero emisiones y facilidad de maniobra

En modo eléctrico, la navegación es prácticamente silenciosa. Esto lo cambia todo, especialmente en puertos, reservas naturales o al acercarse a calas, donde el silencio forma parte de la experiencia. La dirección a baja velocidad es más precisa, con una respuesta inmediata de los motores y un par constante. Para las maniobras o las paradas, esto supone una importante comodidad para las tripulaciones.

Los pasajeros, por su parte, disfrutan de las vistas sin el rugido de un diésel ni vibraciones perceptibles a bordo. Para los operadores, es una solución que cumple los crecientes requisitos sobre emisiones en puertos y zonas protegidas.

Una solución modular y retroadaptable

A diferencia del sistema HM "clásico" de Transfluid, que se instala entre el motor de combustión y la caja de cambios, esta versión accionada por correa ofrece una mayor flexibilidad de montaje. Puede adaptarse más fácilmente a los cascos existentes, sobre todo en configuraciones en las que el espacio de la máquina es reducido.

Esta modularidad abre la posibilidad de reequipar buques ya en servicio, sustituyendo o ampliando los motores existentes, conservando la cadena de propulsión original.

Rendimiento controlado, sin concesiones

El cambio entre los modos de gasolina y eléctrico se realiza sin problemas gracias a la gestión electrónica centralizada. La autonomía en modo eléctrico permite trayectos cortos, típicos de las lanzaderas turísticas entre puertos o a fondeaderos costeros. En caso necesario, los motores de combustión interna toman el relevo, apoyados por el motor eléctrico para proporcionar un par motor adicional.

Es esta flexibilidad operativa la que convence a los operadores del transporte marítimo, que a menudo se enfrentan a múltiples limitaciones: ruido, contaminación, fiabilidad y disponibilidad del servicio.

Transfluid: el híbrido sin palabras, pero con resultados

Transfluid ya equipa numerosos buques en todo el mundo, pero estas dos unidades ilustran una evolución concreta de la motorización híbrida: ya no se trata de un prototipo, sino de una herramienta de producción en servicio diario. Aquí, en la costa francesa, la empresa italiana demuestra que la innovación puede integrarse sin alterar los hábitos, al tiempo que se obtienen ganancias inmediatas en confort, consumo de combustible e impacto medioambiental.

Estas dos nuevas embarcaciones ilustran una tendencia subyacente en los sectores de la náutica comercial y el transporte turístico: los híbridos ya no son sólo una palabra de moda. Está equipando, propulsando y transformando suavemente el paisaje marítimo. Y a veces, el progreso empieza con menos ruido.

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