Desde su puesta en servicio, este lugar obligatorio para el mantenimiento de embarcaciones de recreo ya ha sido utilizado para casi un centenar de operaciones de varada. En las próximas semanas están previstas unas sesenta más.
Una herramienta muy esperada que ya se demanda
Situada en el puerto de Gravelines-Grand Fort, esta zona de carenado de 250 m² permite elevar, manipular y mantener embarcaciones de hasta 12 metros de eslora. Dispone de una grúa pluma de 13 toneladas, una cuna hidráulica de 15 toneladas y cunas fijas. Sobre todo, está equipada con un sistema de tratamiento del agua de limpieza, elemento crucial para limitar el impacto medioambiental de las operaciones de carenado.

Este proyecto, apoyado por el Gobierno francés a través del Ministerio del Mar, la CUD (Comunidad Urbana de Dunkerque) y el Sivom des Rives de l'Aa et de la Colme, ha requerido una inversión de unos 1,4 millones de euros.
La gobernanza portuaria sigue en entredicho
En la inauguración oficial, a la que asistieron numerosos representantes del mundo marítimo local, Jean-Pierre Herbez, concejal encargado de asuntos náuticos, subrayó la complejidad del dispositivo administrativo: " Hubo mucha gente implicada. Pero hoy es un alivio para los usuarios y un avance concreto para el puerto. "

Para Bertrand Ringot, Alcalde de Gravelines, aún deben aclararse las responsabilidades de gestión: " Hay que resolver la transferencia del puerto deportivo del departamento a la CUD. Y no hay que olvidar el encenagamiento del puerto, que sigue siendo un problema. "
Un puerto en desarrollo
Con 430 amarres repartidos entre la dársena Vauban, el Quai des Islandais y el Anse des Espagnols, el puerto deportivo de Gravelines pretende aumentar su atractivo. La adición de esta zona de grúa y carenado supone un paso más hacia una mayor autonomía técnica, en beneficio tanto de los propietarios como de los profesionales.
Gravelines se ha dotado de una herramienta esencial para el mantenimiento de las embarcaciones, acorde con las expectativas actuales de la náutica costera. Sólo queda apoyar esta dinámica con una gobernanza estable y una gestión sostenible del aterramiento.