Barcos cada vez más tecnológicos
Cada semana recibimos comunicados de prensa en los que se anuncia una nueva versión de software o de equipos para la supervisión a distancia de la embarcación o incluso de su gobierno. Los sistemas de comunicación en el mar son cada vez más sofisticados y las pantallas táctiles son cada vez más comunes. También lo son los mandos eléctricos y los cilindros de asistencia.
La carrera por la tecnología parece no tener fin. La industria náutica del siglo XXI tiende a ser totalmente tecnológica. Aunque las balizas y otros accesorios relacionados con la seguridad tienen un interés innegable, hay otras novedades que merecen ser tenidas en cuenta.
Un falso paralelismo con el automóvil
A menudo, los defensores de este nuevo tipo de navegación establecen un paralelismo con el mundo del automóvil. El cliente, acostumbrado a su berlina en la que todo se controla desde el salpicadero o su teléfono móvil, no podía entender por qué no se encuentran los mismos estándares en su barco.
¿Pero un barco es un coche? Se diferencian en muchos aspectos. Ni siquiera el barco más industrial se fabrica como un coche de serie y los tiempos de desarrollo son diferentes. Pero sobre todo, las implicaciones de una avería no son las mismas. Si existe un accidente de tráfico mortal, se puede gestionar una avería en la carretera con un teléfono desde el terminal de parada de emergencia. El fallo del sistema de control y la incapacidad del navegante para utilizar su equipo de cubierta, su energía y, sobre todo, para reparar el problema de forma independiente en el mar, le hacen vulnerable.
Una búsqueda de la desconexión
Alejándose de la pura tecnología, la razón por la que al menos una franja de navegantes navega es la búsqueda de la desconexión, del alejamiento de la vida en la tierra. Estos "nuevos barcos" están lejos de estas preocupaciones. El tema merece probablemente la atención de algunos directivos de empresas. Y usted, ¿cómo tiene en cuenta su empresa esta evolución?