Cierre repentino de una conocida empresa del sector náutico de Var
Tras quince años de actividad, el Chantier Naval Port-Fréjus (CNPF) ha entregado sus llaves a la Société Publique Locale (SPL) Port Fréjus. Esta decisión, impuesta por el ayuntamiento de Fréjus, marca el final de un ciclo marcado por un compromiso constante con los navegantes y profesionales del sector.

La empresa, con sede en el corazón del puerto, se había consolidado como proveedor local de servicios: mantenimiento, reparaciones, invernaje y servicios técnicos. Empleaba a veinticinco personas y garantizaba una actividad sostenida en una cuenca portuaria dinámica.
Una decisión municipal denunciada por el equipo
La dirección del sitio afirma que el desalojo se llevó a cabo sin ninguna justificación económica, en un contexto de silencio administrativo. En una publicación colgada en LinkedIn, el equipo denuncia una decisión política unilateral adoptada sin consulta previa.
"No es sólo un negocio que se cierra, es una historia humana que se interrumpe", dice su mensaje.
Los términos utilizados delatan un sentimiento de abandono, incluso de injusticia, por parte de empleados y directivos que se declaran orgullosos del trabajo realizado, pero amargados por el trato recibido.
Un impacto directo sobre el empleo y el tejido náutico local

Este cierre supone la pérdida inmediata de veinticinco puestos de trabajo. También debilitará el ecosistema portuario local al eliminar una estructura que formaba, contrataba y mantenía estrechos vínculos con los astilleros y los navegantes de la región.
En un momento en que muchos puertos buscan deslocalizar competencias y conocimientos, esta retirada plantea interrogantes sobre la estrategia de gestión adoptada por las autoridades locales.
Un modelo de puerto cambiante en el fondo
Detrás de este cierre surgen tensiones en torno a los modelos económicos utilizados por los puertos que operan con contratos públicos o de concesión. El papel de las Sociétés Publiques Locales (SPL) en la reorganización de las concesiones portuarias sigue siendo poco transparente para los prestadores de servicios.
En el caso de Fréjus, no se ofreció ninguna alternativa a la empresa, ni siquiera una reanudación parcial de la actividad o una transición asistida.
