Team Winds cambia de manos
Muy conocido en los puertos de La Trinité sur Mer, La Rochelle y Marsella, el Team Winds cambia de manos con nuevos propietarios. Loïc Fournier-Foch, gerente de la empresa de alquiler de barcos, y su socio Antoine Croyère han anunciado la venta de la empresa. La empresa está separada en dos entidades de propiedad independiente.
El Team Winds Atlantique, con sus 31 Grand Surprises con sede en La Trinité y La Rochelle, está ahora dirigido por Dimitri Caudrelier, hermano del patrón Charles Caudrelier y propietario de la empresa de consultoría Quantis, en asociación con Harold Baseden, actual director general de Technique Voile.
El Team Winds Méditerranée ve la llegada al timón de Julien Boisson y Guillaume Abou, asociados a un colectivo. Julien Boisson creó en 2018 Ishua, un club de vela de "nueva generación".
El cedente continúa la ayuda durante 6 meses.
Una gestión más sencilla
Loïc Fournier-Foch considera que esta configuración es más óptima que la venta en bloque: "Las dos entidades habían comprado el negocio, motivadas para hacerse con la actividad en su propia región. Siempre he gestionado a distancia, pasando de Marsella al Atlántico, y veo lo difícil que es en una estructura pequeña. Así que me parece más adecuado así"
Escuela de vela y sensibilización medioambiental para empresas
El Atlántico y el Mediterráneo tienen planes de desarrollo diferentes, aunque continúan con la actividad basada en eventos que forma parte de la historia de Team Winds. Varias opciones, en consonancia con la flota de barcos, como explica Loïc Fournier-Foch. "Se trata de dos desarrollos interesantes y diferentes. En Marsella, hay una fuerte voluntad de desarrollar cursos de formación conducentes a un diploma, pero también cursos de formación en regatas para navegantes. Es interesante fomentar el acceso a la vela, pero también formar a estos nuevos navegantes. En el Atlántico, los propietarios quieren utilizar Team Winds para enseñar a las empresas la ecorresponsabilidad, en línea con sus consejos a las empresas. Y para ello, también quieren que la flota Grand Surprise perdure y evolucione. Esto es interesante y económicamente eficiente. Los yates tienen entre 15 y 20 años y están bien mantenidos, lo que es perfecto para este programa. Es una forma de dar ejemplo y de que no es necesario que haya barcos muy nuevos"
